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luismerchan

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Una nueva brazada, un agónico esfuerzo, agua en los pulmones, un vestido de color azul, una niña que hace tiempo hizo la primera comunión, un brazo, fuerte, de hombre. un pequeño esfuerzo, para ese hombre. Lágrimas en los ojos, de ese hombre, la niña del vestido azul hace un instante que dejo de luchar, se deja ir. Es lo que más cuesta: dejarse ir.

El hombe, la saca del agua y la besa, es un beso de despedida, un adios, un hasta pronto, si el prometido cielo existe. La abraza con fuerza y se deja engullir por el vientre del mar. Puede que no encuentre consuelo en el fondo, pero al menos no permanecerá para siempre inconsolable.

 

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