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luismerchan

Posos

Todas las distancias que  hubo entre tus labios y los míos, todos los amaneceres que pudimos dejar de sentir, todos los latidos que al unísono dejamos de escuchar. Todos los tiempos que dejamos pasar. Ojala hubiese un camino de vuelta, un lugar donde reposar, donde abrazados, pudiésemos recordar esos momentos que no consigo olvidar, que intento agarrar para que no se desvanezcan. Cada día me esfuerzo por retener, por iluminar un espacio con tu presencia, todos los lugares se pierden. He postergado tu imagen, el sabor, el olor, las caricias, las tomas falsas. Me refugio en una vieja cinta VHS con la esperanza de que un día se atasque, se enganche entre los cabezales, un día en el que tan solo seas un recuerdo. Sé, siempre lo he sabido, siempre he intuido un fin para nuestra relación, un fin catastrofista, un final que fuese como una prolongación del sueño en el que nos refugiamos. Has acometido tantas huidas, tantos renaceres, tantos golpes parados en seco. Hay tantos caminos que llevan al lugar de tus reposos, a las cenizas del cigarro pos coito. A veces el tiempo se detenía, lo sentimos, en el lugar donde los besos, las caricias, los pechos, los jadeos, tu coño húmedo, las noches insomnes de placer…

¿Cómo puedo agarrarme a tu recuerdo? Cuando te tengo tan presente que puedo oír tus pasos sobre el parquet.

Imagino nuestro primer encuentro como algo que podía no haber sucedido. Como algo que nace del deseo y simplemente se queda en él.

Me arranco lágrimas y sollozos, siento la lacerante herida de la perdida.

Ayer no te fuiste, ni antes de ayer, ni la semana pasada, hace un siglo que no vienes, hace una eternidad que no brilla tu sol.

Antes de que lo dijeses, lo supe, en ese instante, antes de saberlo, ya había zozobrado, quise dejarme ir hasta el fondo, ahogarme en mis lágrimas, pero si alguien lo ha conseguido, el ahogarse en su llanto, no he sido yo.

Hoy, mañana, tal vez pasado, ¿quién sabe? Cuando miro tus fotos tu imagen se desvanece, como en una película de ciencia ficción, desaparece o yo soy incapaz de visualizarla. ¡Dame un último beso! ¡Una última disculpa!

Esta mañana, al despertar no he sido capaz de ponerte rostro, he notado la ausencia de tu presencia, me he levantado con miedo, he revuelto todos los cajones hasta que al fin he encontrado esa foto tuya que no quería volver a encontrar, la he roto y la he vuelto a dejar en su lugar.

¿Cómo salir de esta habitación? ¿Cómo encontrar una salida? ¿Cómo soltar el lastre y nadar hasta la orilla? ¿Cómo dejar de juzgarme? ¿Cómo olvidar el olvido?

Deja que por última vez pose mis labios en los tuyos, deja, por última vez que te diga cuanto te quiero. Deja, ahora, que en este silencio ponga yo en tus labios las palabras que hubiese querido olvidar. Es pronto y es tarde para cerrar los ojos, para intentar ignorar.

Nunca más me digas que ya no me quieres, nunca más me digas que prefieres morir a pasar un segundo más junto a mí.

Nunca más lo digas… nunca más lo podrás decir…

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