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luismerchan

cicatrices

Tengo miedo a caer, como todo el mundo:

Es tiempo de la absolución de los pecados, no del perdón, de la absolución. Perdonar es absolutamente prescindible, no hay que preocuparse por olvidar, ¿es el olvido, una forma de perdón? No son las causas, son los resultados. No sé si se me entiende, no pretendo ocultarme, ni justificar ante ti o ante nadie mis actos. Equivocarse forma parte de todas las historias, de la de todos.

 Comienzo delante de una piedra que lanzo al aire y por un instante me olvido de ella, de la piedra. Ese instante tiene algo premonitorio, cuando crees que algo maravilloso va a suceder, cuando el milagro se puede palpar, oler, presentir, la piedra sucumbe a la gravedad, golpeando la cabeza del niño que era entonces yo. Hospital y hazaña cumplida, tres punto de sutura... la cicatrices, de niño son como medallas, aquella piedra me convirtió de golpe, en general, capitán o sargento.

Los problemas viene de golpe, caen como hojas de otoño, incertidumbres que congelan el alma. Ya no tengo nada que pudiese querer. No es tan gélida tu mirada, como mi deseo. En tus alas me refugio. Las cicatrices que me hacen ser lo que soy, no siempre se pueden ver.

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