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Otro día, después del eclipse lunar, y todo sigue. El fuir del agua, el lento discurrir de algunas horas, un calor que anuncia lo que todo el mundo dice, pero no, de momento, no hay nada que le ponga remedio. Yo por ejemplo muchas veces me dejo la luz encendida. Hay un humor, un mal humor que surge cuando menos te lo esperas, aveces es por cansancio, otras por que el tonto del culo de turno lo consigue, otras por simple rutina. Ahora por ejemplo en estos tiempos de zozobra e ignorancía, me encuentro mirando la pantalla del ordenador, y me atribulan ciertos pensamientos. La pistola y el sofá, el guardia urbano y la cabaretera, Inge y Heiner Müller, el canto de la cabra y Elisa-Juan... Me cuesta encontrar un hilo conductor, la fragmentación es el vehiculo idonéo para lo que tengo que decir: Prefiero la carne a la brasa. Me cuesta horrores mirar por el espejo retrovisor, me hacen daño los malos giones, me bebo un vaso de horchata y me voy a la cama. Hay veces que te duele hasta el pelo, otras te duele el alma, otras (las mas) no duele nada y se es feliz.