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Marea, esa luna, impersonal, que se pasea por este monte, que deja un rastro de todo lo que puedes llegar a significar ¿Cómo vencer el sueño sin dejar de cerrar los ojos? Si lo lees sabrás de lo que hablar, si no lo sabes no importa es tan breve este instante que no merece la pena intentar descifrarlo. En la calle llueve, y quiero saber tantas cosas, que guardo silencio. Da miedo salir a la calle con esta levedad, no hay cubos de basura que contengan tanto miedo. Cuando me quites la venda de los ojos, la Torre de Babel, descubrirá todos sus secretos. Arribaré a la playa, los desnudos paseantes me contemplarán atónitos, un sonido exclamativo saldrá de sus profundos y aletargados corazones. Mándame una carta sin remite, con palabras invisibles. Al quitarte los párpados descubro el verdadero color del silencio. La baraja perdió a su reina de picas, detrás de las orejas, movimiento rápido y lápida. Aquella noche en la que te fotografíe por vez primera, en la que el sexo, dejó tanto amor, que su rastro aún puede seguirse, olerse, palparse. Sabemos lo que sabemos, el resto hay que procurar olvidarlo. En el fondo de la bota he perdido y encontrado, como Ulises, la sonrisa.