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luismerchan

manuela, 26-12-07

Se muere la vida, con lagrimas, por lo cercano... con el tiempo el recuerdo se torna amable, hoy no existen las palabras... no las hay. Hoy.

Un cuento: Esperó, había desánimo, pero aguardó hasta que resulto vano, hasta que dejó de creer. Memorizó el día, la hora, el mes, el año, el siglo. Perdió la esperanza, en esa espera se desesperanzo. Dar no fuerza a recibir, dar es voluntario, recibir no. Las pisadas, los recuerdos de esa pared repleta de humedades, del frío de la losa, los niños jugando, las madres hablando, de sus cosas. Es de noche, ahora, hoy, siempre es de noche. Se congela el corazón, la escarcha lo cubre, no consigue insensibilizarlo, no deja de latir. Tras la ventana, los cristales empañados por el vaho, la calefacción apagada. En estas recordó la historia del niño judío, que fue, junto con sus padres, expulsado del hogar y recluido en el gueto del que no se sale con vida, del gueto silencioso. En invierno los ojos del recuerdo se vuelven negros, color azabache. No hay, no hubo, no habrá... tras el cristal un dedo dibuja en el empañado cristal un corazón.

 

1 comentario

pc -

Te leo,y no sé que decirte, no sé a que son debidas esas lágrimas.No quisiera que fueran de trsiteza.Si lo son,sabes que estamos aqui,¿verdad?Otro besazo enorme!