Blogia
luismerchan

despierta

  • - Despierta, date prisa, esto se acaba...
  • - Necesito mear. Nada más, una buena meada, una meada liberadora
  • - Déjate de esas cosas, se acaba el tiempo, hay que salir de aquí...
  • - Contigo siempre es lo mismo: urgencia
  • - ¿Y si nos cogen?
  • - Di más bien si nos recogen. Aquí hacia dónde se encuentra la Meca
  • - ¿Qué más da?

¿Agua? Sed del desierto, de la duna. Aquí los romanos dejaron su huella, al otro lado, tras el estrecho... una nueva vida, una nueva muerte. El camino es la salvación, un DIOS en el que creer, una palabra, un gesto. Los pasos del profeta, sus caminos, sus enseñanzas. Salir del hogar y no regresar, no hay retorno posible. Queda la duda, dentro, tan profundo que nadie la pueda intuir, la pueda sospechar. ¿Agua? ¿Qué fue de nuestra agua? El Corán en una mano, en la otra la arena del desierto, que se escurre, inaprensible, entre los dedos.

El autobús, el barco, el autobús, las nuevas calles al encuentro, el mismo sol, el mismo desierto. Tres ríos. Desde el hostal un patio interior, voces que hablan, que cuentan, Babel de idiomas...

  • - ¿Qué hora es?
  • - Las diez
  • - ¿Vamos?
  • - Sí

La gente, como en peregrinación se dirige a la inauguración, como en peregrinación a La Meca, a nuestros santos lugares... Al-Andalus... Un meandro en este río, río de la vida y de la muerte. Tanto calor humano, es imposible no rozarse. ¿Qué hago aquí? Siempre hay preguntas que mueren sin respuesta. No puede errarse la meta, en esta ciudad, ayer desconocida para mí, no hace falta saber dónde voy, ellos me guían. Queda tiempo para una oración. En el desierto, en las dunas pienso, un recuerdo que vuela, que flota en el aire como un halcón.

  • - Alá es grande
  • - ¿Lo es?
  • - Sí

La alegría se palpa en el aire, aires de fiesta... es un día importante para esta gente, nada me une a ellos, sin embargo sus rostros son como mi rostro, sus sonrisas, como las mías... ¿Qué me diferencia de ellos? La felicidad es efímera, este mundo es un lugar de lágrimas, de sufrimiento. Un instante de silencio, un instante para poder, para intentar creer que lo que voy a hacer es lo justo, lo necesario. Si pudiese volver, regresar al desierto... por eso somos dos, los dos con nuestros miedos, dos personas que no se habían visto antes de montar en el autobús, dos personas que no se conocen...

Son las doce, desde cualquier punto de esta ciudad se oirá la explosión, cuerpos desmembrados, muertos por todos lados, madres que han perdido a sus hijos, hijos que han perdido a sus madres, a sus padres. Madres, padres, hijos en esta fiesta familiar. No hay lugar en el que esconderse... nuestros hijos mueren todos los días, nuestras madres, nuestros padres... el dolor ha de compartirse...

0 comentarios