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Cruces

CRUCES

Escena1.

 

Aníbal- Siempre que pienso en ti, te imagino con otro.

Luna- Serán los celos.

An- Será que hay otro.

Lu- Será que soy de otro, te recuerdo que eres el otro, tú eres el otro.

An- Será que el saberte de otro duele.

Lu- Qué más da ser el uno o el otro, lo importante es que me tienes.

An- Sólo eso,  solamente te tengo cuando no estás con él.

Lu- ¿Acaso importa?, ¿Es importante lo que hago cuando no estoy contigo? Lo verdaderamente importante es que soy toda tuya cuando lo estoy.

An- Para ti no es importante, para mí lo es.

Lu- ¿Lo dejamos?

An- Ojalá pudiese.

Lu- ¿Entonces?

An- Nada, simplemente me quejo, supongo que a eso tengo derecho, ¿o no?

Lu- Tienes todo el derecho.

An- Gracias. Eres una hija de puta.

Lu- ¿Y tú? ¿Quién eres tú?

An- Yo... no sé.

Lu- Yo sí lo sé. Y tú también, es tan cómodo quejarse. No hacer nada, simplemente quejarse. Déjalo, déjame, vete, olvida... 

An- Estoy cansado.

Lu- ¿Cansado?

An- Sí, me canso de compartirte, no puedo dejar de pensar que otro te besa, que otro te posee...  ¿Por qué no lo dejas y te vienes conmigo?

Lu- Siempre habrá otro. Soy así. Si lo dejase como me pides, tarde o temprano me cansaría, me sentiría atrapada, tendría miedo, querría salir corriendo, buscar a otro, otros labios, otro sexo. Es mejor ser el otro, te lo aseguro, es mejor ser el otro.

An- A veces duele.

Lu- No pienses en ello.

An- ¿Cuando me canse? ¿O cuando él se canse? ¿Cuando nos cansemos? Entonces...

Lu- Volveré a empezar, siempre hay otros.

An- ¿Cómo comenzó esto?

Lu- No sé, supongo que los dos nos buscamos, y acabamos por encontrarnos. Tú tiraste la primera piedra.

An- Con vosotras siempre es así. Nada de comprometerse dando el primer paso. Provocar, tan sutilmente que no lo parezca, un tono de voz, un beso como por descuido, una mirada, nada que os implique directamente, que se note, pero sin comprometerse. No return. Dejarse hacer, pero no hacer. Yo tiré la primera piedra. ¿Pero por qué la tiré? Dejaste tantas pistas, que hasta un ciego las hubiese seguido. Si yo no hubiese picado, cualquier otro lo hubiese hecho. Habrías tirado tus redes sobre otro. 

Lu- Erais amigos, podías haberme evitado.

An- Supongo que sí, pero creo que el que seamos amigos te da un morbo añadido. Te excita ¿verdad? Preferiblemente un amigo. Si un amigo de tu novio no te folla, otro lo hará. Cuanto más íntimo mejor ¿verdad? Siempre hay alguien dispuesto a follar con la novia de un amigo. Y yo soy el amigo, el otro, el hijo de puta que se acuesta con la novia de su mejor amigo, y lo que es peor, el jilipollas que se enamora de esa novia.

Lu- ¿Lo dejamos?

An- No.

(La besa.)                            (Oscuro)

Escena 2.

 

Mario- Siempre ha sido así, no hay por qué esconderse, lo mejor es seguir, hacer como que no oyes nada, caminar en línea recta, o dando tumbos, o escondiéndote, o dando la cara, pero no dejar de caminar, hacía delante. "La paciencia del mar y la violencia de la guillotina". Eres hermoso, deseable, te quiero. No puedo esconderme, no puedo seguir espiándote, amándote en secreto, en silencio. Ya lo sabes, te quiero.

Tomás- No digas jilipolleces

Ma- Te digo lo que siento.

To- ¿Que eres un puto maricón?

Ma-  Dicho de una forma soez, supongo que sí.

To- ¿Tomas o das?

Ma- ¿Qué?

To- Que si tomas o das.

Ma- Te estoy hablando de amor.

To- Yo te hablo de sexo.  De dar o tomar, de activo o pasivo. ¿A quién le importa el amor?

Ma- A mí, a mí me importa, a mí me importa y mucho, no sólo es sexo, es...

To- Déjate de jilipolleces ¿Tomas o das? Eso es lo único importante en este momento. El amor me importa una mierda.

Ma- Doy y tomo, todo o nada, por delante y por detrás.

To- Conmigo tomas.

Ma- ¿Si no?

To- Si no, nada.

Ma- Así de fácil.

To- Ya lo ves, sin complicaciones.

Ma- Sin compromisos.

To- Sin compromisos, esto es lo que hay. Lo tomas o lo dejas.

Ma- No hay alternativas.

To- Sí, sí que las hay. Vete, cierra esa boquita. Hagamos como que no se ha dicho nada. Cada uno a su acera.

Ma- Como quieras.

To- Como quiera ¿qué?

Ma- Contigo tomo.(Oscuro)    

 

 

 

Escena 3.

 

Clara-  No te entiendo, lo intento, pero no dices más que tonterías.

Lucas- No son tonterías, es cierto, la vida no tiene ningún sentido para mí. Todo lo que me rodea es una mierda, todo excepto tú. Todo me resulta tan falso, tan carente de sentido. El mundo que de por sí me interesaba poco ha dejado de interesarme por completo. ¿Sabes que Luna está enrollada con Aníbal?

Cl- Sí.

 Lu- ¿Por qué no me lo habías contado?

Cl- Para qué.

Lu- No sé, por saberlo, eres mi amiga, se supone que uno confía en sus amigos. Aníbal era uno de mis mejores amigos. No sé si están los tiempos como para confiar en los amigos. Me hubiese gustado que me lo contases.

Cl- ¿Hubiese  cambiado algo si te lo hubiese contado? No. Luna se habría enrollado igual con Aníbal, tú estarías aquí lamentándote, pensando en suicidarte y creyendo firmemente que el mundo es una mierda, y que lo mejor que puedes hacer es apearte en marcha.

Lu- ¿Nos enrollamos?

Cl- ¿Para qué?

Lu- No sé, puede que sea la solución.

Cl- La solución ¿a qué?

Lu- A quitarnos de encima toda esta mierda que me rodea, que nos rodea.

Cl- ¿Y yo? ¿Qué pasa conmigo? ¿Cojo y me enrollo contigo? ¿Así, sin más? Hala, nos encamamos porque el señor tiene un ataque de cuernos. La amistad, querido mío, también significa respeto. Lo menos que puedo y puedes, que podemos pedirnos es un poco de respeto. Por tanto no seas tan imbécil. La verdad, no sé qué te has creído.

Lu- Perdona, lo siento. No lo he dicho en serio, ha sido un comentario, una tontería.

Cl- Eso es lo que duele de verdad, que no lo dices en serio, que no es más que un arranque de ira, un impulso. Eso es lo que realmente duele.

Lu- Perdona.

Cl- Dejémoslo estar. Algún día podremos mirarnos a la cara y decirnos todo lo que ocultamos. ¿Por qué mierda no somos sinceros ni con nosotros mismos?

Lu- Porque tenemos miedo, tenemos tanto miedo a la verdad, que no hacemos más que echarle mierda encima para ocultarla. Será nuestra naturaleza.

Cl- Con lo fácil que podría ser: yo te quiero, tú me quieres,  sin complicaciones .

Lu- Aun entonces procuraríamos estropearlo.

Cl- En otro tiempo, en otro lugar.

Lu- En otra vida.

Cl- En otro sueño.

Lu- Lo peor de todo es que la quiero con locura.

Cl- Lo peor de todo es que te quiero con locura.

(Oscuro)

 

 

 

 

Escena 5.

Tomás- Todo ha comenzado como un juego, un juego en el que he quedado atrapado. Empecé por probar, por curiosidad ¿sabes? Y ahora estoy profundamente enamorado de Mario, me creía heterosexual, y ya ves.

Clara- ¿Por qué me cuentas esto?

To- Porque escuchas, tú sabes escuchar, no esperas nada a cambio. Hay gente que ha nacido para escuchar los problemas ajenos, tú escuchas, aunque no te guste, ¿sabes? Al contarte mis problemas es como si se liberase un poco la presión. Me voy a ir a vivir con Mario...

Cl- ¿Y Mª Angeles? ¿Qué pasa con ella?  Un amor sustituye a otro amor. ¿Pero qué ocurre con el que se queda sin amor?

To- No lo habíamos previsto, ha sucedido, no lo hemos premeditado, ha pasado. ¿Mª Angeles? En todas las historias de amor hay un perdedor. En ésta le ha tocado perder a ella.

Cl- En todas las historias hay un perdedor. Joder, me ha tocado ser la perdedora en la historia de mi vida.

To- No digas eso, tarde o temprano...

Cl- No me jodas con esa jilipollez de que tarde o temprano encontraré a alguien que me quiera, vete a la mierda, yo ya he encontrado a quien quiero que me quiera, el problema es que quiere a otra.

To- Yo te quiero.

Cl- (Lo abraza) Yo también te quiero y te comprendo. Mario es un buen partido, trabajo fijo, un cochazo que te cagas, piso... ¿Puedo hacerte una pregunta?

To- Sí.

Cl- Sin mosqueos.

To- Pregunta lo que quieras.

Cl- ¿Das o tomas?

To- ¿Cómo?

Cl- Que si das o tomas. Tomás.

To- ¿Crees que  eso es importante?  ¡No!, qué importa lo uno o lo otro, el amor es tomar y dar continuamente. Amo a Mario por encima de esos pequeños detalles.

Cl- ¿Y...?

To- Doy y tomo

Cl- Gracias

To- ¿Por...?

Cl- Por existir.

To- Gracias a ti, por escuchar

Cl- Dar y recibir, eso debe de ser el amor perfecto.

To- Lo es.

Cl- Debería buscarme una chica, a lo mejor con ella. Puede que Mª Angeles...

To- Puede que ella... (Se abrazan, ríen)

(Oscuro)

 

 

 

 

Escena 6.

 

Aníbal- Empiezo a cansarme de está situación, no sé como Lucas puede soportarlo.

Mario- ¿Y Luna?

An- No sé, no llego a entenderla.

Ma- ¡Déjala! Posiblemente sería lo mejor que podrías hacer.

An- Ojalá pudiese, es como una pesadilla, no puedo quitármela de la cabeza. Estoy metido en un pozo de mierda y me ahogo. Ha dejado que mi polla domine mi vida.

Ma- No sé qué decirte. Dejar que la polla piense sola de vez en cuando no está mal. Dejar que ella te domine, quizá no sea lo más recomendable.

An- ¿Y en tu relación con Mª Angeles? ¿Domina el cerebro o la polla?

Ma- Lo hemos dejado.

An- ¿Y eso?

Ma- Me he enamorado.

An- ¿De quién?

Ma- De Tomás.

An- ¿Cómo?

Ma- De Tomás. Nos vamos a vivir juntos.

An- Hostia, no me jodas. Tú y Tomás... Me dejas de piedra. ¿Y Mª Angeles? Qué jodido, casi me lo creo. Tú y Tomás... Serás maricón, casi me la das.

Ma- Hablo en serio. Tan en serio, que creo que jamás he sido más sincero en  mi vida. Por primera vez creo que soy feliz, completamente feliz. Él me da todo lo que necesito... Y no. Si piensas que todo lo que necesito es que me den por el culo, estás muy equivocado. Necesito muchas cosas más, amor, afecto, comprensión... todo lo que necesito está en Tomás.

An-  Esto del amor es realmente sorprendente, y yo quejándome.

Ma- Yo no me quejo, estoy donde quiero estar y con quien quiero estar.

An- ¿Y Tomás?

Ma- Bien, gracias.

An- No me refería a eso.

Ma- Me lo imagino, perdona, en realidad juego, me resultan muy divertidas las reacciones de los amigos cuando les cuento mi nueva relación personal. Por cierto, nos vamos a vivir juntos.

An- ¿Como un matrimonio?

Ma- Como una pareja que se quiere y se respeta.

An- De momento.

Ma- ¿De momento?

An- Sí, ya sabes, luego viene la rutina, él o ella... Por cierto ¿quién eres tú? ¿él o ella?

Ma- Aníbal...

An- Vale, vale, luego llega la rutina, y con ella siempre aparece otro, "el otro". Ya sabes, como con Luna y Lucas.

Ma- En ese caso tú eres el otro, ¿Me estás diciendo que con el tiempo  Tomás o yo te tiraremos los tejos?

An- Yo no he dicho nada de eso. 

Ma- Cuando llegue ese día ya te contaré, de momento disfruto de lo que tengo. No me planteo nada más lejos.

An- Duele, ya verás.

Ma- ¿Y tú cómo lo sabes? Tú eres el otro, ¿ya sabes? A lo mejor deberíamos preguntarle a Lucas qué es lo que se siente. Siendo él el "cornudo". Tu postura, en principio, es la más fácil. El problema es que te has enamorado, y el otro jamás debe enamorarse, debe disfrutar la situación, divertirse. Eres el otro, pero lo has olvidado, lo has enfocado mal. Te jode que después de follar contigo se vaya a dormir con él, te jode que después de tus besos, vengan los suyos... y así con todo. Olvídalo, disfruta de lo que tienes, posees lo mejor, la esencia. No lo estropees con esa tontería del amor.

An- No puedo evitarlo.

Ma- No lo evites, puede que sea lo mejor. Pero no te quejes. Cuando Lucas se canse y tú seas el oficial, habrá otro, quéjate entonces. En esa situación realmente sabrás lo que duele.

An- ¿Como con Mª Angeles?

Ma- Sabrás lo que duele.

(Oscuro)

 

 

 

 

 

 

Escena 7.

 

Lucas- Me he agotado. No puedo más, se terminó... Calla, no digas nada.  No puedo continuar así. Fin de emisión. Me voy.

Luna- ¿Te vas?

Lu- Sí, me voy de la ciudad, no soporto el continuar aquí. Qué injusto es esto del amor. Debería de haberme enamorado de Clara, haberla hecho tan feliz como se merece. Pero...

Lna- ¿Pero?

Lu- Me enamoré de ti, una cabeza loca, que tiene un amante, que por cierto era amigo mío. Sí, ya sé tu teoría del otro, ya sé que el otro no significa nada. Para mí es demasiado, no logro entenderte. No puedo seguir adelante con esta situación. No creas que me importa lo que piensen los demás, es la pobre impresión que tengo  de mí mismo. Ya ves, me veo abocado a huir, a esconderme de ti y de lo que significas en mi vida.

Lna- Te quiero.

Lu- Lo sé, no tengo la menor duda de ello. Eres así, no lo puedes evitar, prefiero salirme del juego, antes de que éste me destruya. Ha sido hermoso, pero prefiero dejarlo ahora. Me voy.

Lna- Te quiero.

Lu- Te quiero.

Lna- Entonces...

Lu- No quiero acabar avergonzándome de mi imagen reflejada en un espejo. Aún me queda algo de dignidad, no me pidas que la pierda del todo. Déjame ir con la cabeza alta. Sabiendo por qué me voy.

Lna- ¿Dónde vas?

Lu- Lejos.

Lna- ¿Volverás?

Lu- Seguro.

Lna- ¿Entonces?

Lu- ¿Quién sabe?

Lna- ¿Te has despedido de Clara?

Lu- No podría. Contigo me cuesta pero me voy aunque me pidas que me quede. Si ella me lo pidiese, me quedaría, pero me quedaría contigo. Estúpida contradicción: de ti me puedo marchar, de ella no, contigo puedo estar, con ella no.

Lna- ¿Te quiere?

Lu- Sí.

Lna- Te quiero.

Lu- Te quiero. (La abraza. Se funden en un beso, un beso que significa adiós. Él se va de escena, ella se queda llorando)

(Oscuro)

 

 

Escena 9.

 

Clara- Todo el cielo no se puede abarcar.

Luna- Dile que se quede.

Cl- Amanece, todos los días amanece.

Lna- Dile que se quede.

Cl- No.

Lna- Si tú se lo pides se quedará.

Cl- Si se lo pido, acabará odiándonos, a ti por ser tú, a mí por pedirle que se quede.

Lna- Dejaré a Aníbal.

Cl- ¿Cuánto tardarás en necesitar a otro Aníbal?

Lna- Lo quiero, ¿entiendes?

Cl- Te entiendo perfectamente. Déjalo ir. Volverá. Cuando lo haga, te irá a buscar. Entonces sabrá aceptar, no soportar, aceptar tu necesidad de compartir tu cuerpo, tus sentimientos.

Lna- No puede marcharse, lo necesito.

Cl- Todos lo necesitamos. Yo más que nadie.

Lna- A ti no te ama, me lo ha dicho.

Cl- No, no hay amor, pero sí amistad ¿Es amigo tuyo? ¿Te habla de su dolor? ¿De su obsesión por morir? ¿Sabías que se va para no tener que pegarse un tiro? ¿Sabías que no se va ni por tu amor ni por mi amor, sino porque quiere vivir? Y tú se lo impides. ¿Lo sabes? Claro, tú no sabes nada. ¿A ti qué mierda te importa nada excepto tú? Te resulta demasiado fácil decir: te quiero, te necesito. ¿Pero te has parado a pensar realmente qué significan esas palabras?

Lna-  Me quiere y a ti no. Y no lo puedes soportar, te carcome por dentro. Nunca será la mitad tuyo como lo  ha sido mío.

Cl- Jamás lo conocerás como yo lo conozco. Eso sí que es importante. ¿Qué me importan sus besos? Si tengo sus palabras, ¿qué me importan sus caricias? Si me llama a mí cuando está solo, ¿qué me importa cómo folle o deje de follar? Si lo que siente por ti lo sé yo mejor que tú. Tú no sabes nada, has estado con él y jamás lo has visto. Lo has tenido tan cerca, que no te has parado a pensar qué es lo que siente cuando estás con otro. No sabes qué le hace llorar o reír, no sabes qué le conmueve, cuál es su color favorito, por no saber no sabes ni por qué está contigo. Él te ama y eso basta de sobras para que te respete. Pero no me provoques, déjame respirar en paz, llorar en silencio su marcha, recomponer mi corazón, sentir lástima por ti, que lo tuviste y le dejaste marchar, que lo perdiste sin haberlo encontrado jamás.

Lna- Por qué se va? Tú lo sabes, dímelo, por favor dímelo, no quiero que se vaya, ¿Por qué se va?. Necesito saberlo, por favor, dímelo (Clara sale de escena), dímelo...

(Oscuro)

 

 

 

 

Escena 10.

 

Tomás- ¿Te vas?

Lucas- Me voy.

To- ¿Volverás?

Lu- Volveré.

To- ¿Duele?

Lu- Duele, el amor siempre duele. Duele la vida, todo es un dolor continuo salpicado de pequeños momentos de placer, sin embargo nos aferramos a la vida desesperadamente.  Deseamos, vanamente, que llegue el día en el cual seamos más fuertes que nuestro destino.

To- ¿El amor siempre duele?

Lu- No en vuestro caso, estáis por decirlo de alguna manera en vuestra luna de miel.

To- Nos vamos a vivir juntos.

Lu- ¿Tan pronto? ¿Y el noviazgo? ¿Qué ha sido del noviazgo? En cuanto se pierden las buenas costumbres...

To- No tenemos necesidad de esperar. Quédate al menos hasta que inauguremos nuestro "nido de amor".

Lu- Me voy mañana.

To- ¿Y Luna?

Lu- Espero me espere.

To- ¿Y Clara?

Lu- Clara... ¿Te puedo hacer una pregunta?

To- Joder con la pregunta, estoy hasta los cojones de la dichosa preguntita. ¿Es qué sólo os preocupa quién da por el culo a quién? Sí te soy sincero, lo que más me fastidia de esta maldita situación es la jodida preguntita. En el amor se da y se toma, no hay distinciones, sólo te falta preguntar cuál de los dos hace de mujer y cuál de hombre, no me esperaba esto de ti.

Lu- ¿Puedo hacerte la pregunta o vas a seguir con ese discurso?

To- Ya te he respondido.

Lu- Yo sólo quería preguntarte sí os habían regalado ya una batidora, es que tengo una como nueva, y no pensaba llevármela, a lo mejor vosotros no tenéis, una batidora resulta muy útil.

 To- Eres un cabrón, serás tontolaba...

Lu- Bueno, ¿tenéis batidora o no?

To- No. No sé.

Lu- Pues ya la tenéis.

To- Vete de una puta vez antes de que te parta la cara.

(Ríen, se abrazan)

Lu- Me voy, despídeme de Mario.

To- Lo haré, que te encuentres.

Lu- Volveré.

To- Lo sé.

Lu- Para entonces espero ser el padrino de vuestro primer hijo. Por cierto...

To- No lo digas, sea lo que sea no lo preguntes, no me jodas con más juegos de palabras a nuestra costa. Te lo juro, serás el padrino de... lo que sea. Lo único que tienes que hacer es volver. Te estaremos esperando.

Lu- Os echo de menos, no he partido y ya os echo de menos. Os quiero.

To- Adiós.

(Oscuro)

 

 

 

 

 

 

 

ESCENA 12.

 

Luna- Cuando pienso en Lucas, lloro.

Aníbal- Será la distancia.

Lna- Será su falta, su amor.

An- Es mejor esperar, yo me retiro.

Lna- Tú no eres el problema, el problema soy yo. No quiero estar sola, amo a Lucas con toda mi alma, te amo a ti con toda mi alma, no quiero renunciar ni a él ni a ti. No quiero estar sola, sé que no es fácil de entender,  puedes pensar que estoy loca, si tú también me faltas me ahogaré, no podré respirar.

An- Yo me retiro.

Lna- Necesito tus besos, tus abrazos, tus caricias, tus quejas, te necesito entero, el uno sin el otro no es concebible, sin vosotros, sin los dos, mi vida es un absurdo.

An- Imagínanos, tennos en tus fantasías, el amor tiene mucho de eso, de fantasía.

Lna- Sois  el cuerpo, el sexo, los sentimientos, lo sois todo para mí. No puedo explicarlo con palabras, es así. Puedes irte, tú también puedes irte, abandonarme, huir.

An- Yo me retiro.

Lna- Vete.

An- Adiós.

Lna- "Roto está el conjuro de los enemigos

An-  De este pueblo oscuro que ha de florecer.

Lna- Del cielo negro cae la lluvia.

An- Lágrimas...

Lna- Lágrimas...

An- Lágrimas de contento inundan mis ojos".

Lna- ¿Nos echamos un polvo? Como despedida.

An- Si follamos, me retendrás.

Lna- Si no follo contigo, follaré con cualquier otro, lo necesito. No es solamente eso, contigo no.

An- Siempre habrá otro, ¿verdad?

Lna- No lo entiendes, no hay otro.

An- ¿En tu casa o en la mía?

Lna- En tu casa.

An- Me atrapas en tu tela de araña.

Lna- En tu casa.

An- ¿Y Lucas?

Lna- Se ha ido. Volverá. Cuando lo haga, espero sea capaz de comprender y de entenderlo todo, saber qué soy, amarme con todo lo que conllevo, y lo que conllevo eres tú. Espero que tú empieces a intentar comprenderlo desde este momento. (Se acerca a Aníbal, lo abraza y besa apasionadamente)

An- Creo que empiezo a comprenderte.

Lna- No creo, luego lo hablamos.

(Oscuro)

 

 

 

 

ESCENA 13.

 

Lucas- Huir, marchar, no volver. Dejar un recuerdo, una promesa de volver, no regresar, morir definitivamente, no físicamente, pero sí el yo aquí conocido. Fénix de mis cenizas, ser en otro lugar, ser pasto de buitres. Dejar que Luna encuentre un solo camino, tal vez Aníbal, tal vez no. No dejar rastro, dejar posos, que el tiempo los disipe, ser un rostro olvidado, un vago recuerdo. No volver, crecer lejos, tengo  un nombre, alguien que buscar.  ¿Quimera o realidad? ¿Qué importa? Siempre hay un motivo para volver, un motivo para partir, un motivo para no regresar, un motivo para anclarte en otro lugar, un motivo par ir a la deriva, un motivo para amar, para morir... Huir, marchar, no volver. Representada la función, cae el telón. Dejar a Luna reflejada en el agua. Causar un dolor innecesario, pero a la vez tan necesario para un nuevo sentido a mi huida. Sólo ha faltado un último suspiro, una última caricia... Coger la maleta, y salir corriendo. Salir corriendo, para volver corriendo. Encontrarme al volver la esquina o no encontrarme nunca. Dejarlo todo para encontrarlo en su sitio. Es una situación tan antigua como la historia del mundo, es parte de la reflexión eterna del hombre. Ir para regresar. Hoy es despedida definitiva, mañana quién sabe. ¿Regreso?, Ulises.

  (Oscuro)

 

 

 

 

Escena 4.

 

Mª Angeles- Hay quien dice que el pensamiento recurrente de la muerte, del suicidio, es la forma más segura de aferrarse a la vida, de sentirla en su plenitud. Puede que sea así, pero desde que me ha dejado Mario, vivo en un permanente granizar. Todo me golpea, hasta las palabras de consuelo me golpean. He perdido las caricias, las palabras de amor, los besos, los susurros...

Javier- Es un dolor pasajero y lo sabes. ¿Cuánto tardarás en enamorarte de otro? En volver a sentir las caricias, los besos, las palabras de amor. Te enamorarás de otro y asunto zanjado. El amor siempre tiene algo de temporal, de estación de paso. Algunas veces te quedas en la estación para siempre, las menos por cierto. Las más coges el próximo tren, hay un dolor transitorio, es un dolor que da paso a una nueva relación, a un nuevo amor.

Mª- Sí, pero que me haya dejado por un chico, es un golpe lo suficientemente bajo como para que este más resentida de... Estoy dolida, estoy herida, rencorosa, sólo pienso en vengarme, en hacerles todo el daño posible. Ha sido una humillación absoluta, me ha dejado atónita, perpleja. Jamás hubiese esperado que Mario me dejase por otro. Hoy heterosexual, mañana homosexual, así, sin más, sin transiciones, sin pasos intermedios, sin ningún tipo de explicación.

Ja- Estas cosas pasan, no hay explicación posible. A mí por ejemplo antes no me gustaban los caracoles, me daban un asco terrible. Ahora me los como con deleite, fue probarlos, dejar a un lado los prejuicios. Sin premeditación, sin alevosía, es cuestión de probar, decides probar y, qué casualidad, te gusta.

Mª- No me jodas, no compares que ahora te gusten los caracoles, con que Mario sea maricón de la noche a la mañana.

Ja- No era una comparación. Era un ejemplo.

Mª- Déjate de ejemplos, la cuestión es la cuestión. Ya no tengo novio porque me ha dejado, y mi novio, ex novio, sí que tiene novio. Qué paradoja, mi ex novio tiene novio y yo no tengo nada, parece la letra de una canción. Dejémoslo, pasemos del tema. ¿Y tú? ¿Qué es de tu vida?

Ja- Bueno, tirando, ni bien ni mal sino todo lo contrario. Asustado, incrédulo, con tanto miedo que no sé cómo continuar, no sé si apagar la luz o dejarla encendida hasta que se funda.

Mª- No te entiendo.

Ja- Me han descubierto el virus de SIDA. Ya ves, una pequeña tontería comparada con todo tu sufrimiento. Tú te has quedado sin novio y yo tengo el SIDA. Bonita pareja.

Mª- Ostia, perdona, no tenía ni idea, ¿hace mucho tiempo? ¿Cómo...? Joder ¿Cómo? ¿Cuándo? (Lo abraza) Lo siento, y no es compasión. Puedo hacer algo, no sé... Dime.

Ja- Lo mejor que puedes hacer por mí es tratarme como siempre, no evitarme, no propagarlo como si fuese la noticia del día, no hacerme sentir un apestado. Procurar no bajar la voz cuando estás hablando de ciertos temas que parece ser que yo no debo oír...

Mª- No sigas, por favor. Con eso que dices es como si no me conocieses en absoluto.

Ja- No lo digo por ti, no es por ti en concreto, cada vez que se lo cuento a un "amigo", bastantes de mis otros "amigos" o me tratan como si fuese a morirme mañana o me rehuyen, procuran evitarme. Ya sabes, lo del apestado no es ninguna tontería.

Mª- Espero romper la norma, mantenerme al margen, no prometo nada... ¿Nos pillamos una buena borrachera? Los dos tenemos algo que olvidar.

Ja- ¿Olvidar?

Mª- Sí, olvidar, dejar por un momento los problemas al margen, al otro lado de la carretera.

Ja- Tú podrás olvidar a Mario. Yo no puedo olvidarme de mí. Ojalá fuese así de fácil. Cerrar los ojos y olvidar, olvidar por un segundo, por un minuto, por toda la vida... "Esos besos que te di..."

Mª- Te voy a contar algo que jamás he contado a nadie. Una historia que parece sacada de una mala novela. Después me dices si podré olvidar o no. ¿Te he contado cómo conocí a Mario?

Ja- No.

Mª- Hace tres años yo salía con un chico, Julián, estaba enamoradisima de él. Era mi primer novio en serio, ese novio de los primeros besos, de las primeras caricias, el novio con el que perdí la virginidad. Ese chico con el que el tiempo se detiene, esé que ansías día tras día que llegue la hora en la que has quedado con él. El día fatídico, como otros muchos, quedamos en casa de un amigo que nos dejaba su habitación para que pudiésemos, ya sabes... haciendo el amor... haciendo el amor se murió dentro de mí. Le dio un jamacuco y la palmó. Cayó encima de mí y dejó de existir. No quiero contarte la movida, te la puedes imaginar. Ambulancias, juzgado, velatorio, su familia, la mía. Todo era discreción mal disimulada. Allí estaba yo llorando desconsolada delante del féretro, cuando levanto la cabeza y me encuentro con el rostro más hermoso que jamás hubiese imaginado, me enamoré al instante, sin tiempo a razonar, sin tiempo a nada, me enamoré perdidamente, con una pasión que estuvo a punto de desbordarme, no podía dejar de mirarlo y a él le pasaba lo mismo, me pasé el entierro del novio muerto en mis brazos esperando que se acabase para echarme en los brazos de aquel desconocido. Al terminar me lo presentaron, era el Mario, era el hermano de Julián. Me había enamorado del hermano de mi novio, a él le sucedió lo mismo, empezamos a quedar, primero que si al cine, una noche a cenar, un beso, una caricia... ¿Dime si no tengo motivos para olvidar?

Ja- Desde luego, todos los motivos que  me pueda imaginar: el uno se te muere follándote y el otro se te vuelve maricón. Perdona que frivolice sobre el asunto, pero como chiste es buenísimo.

Mª- No le veo la gracia.

Ja- No me extraña. Bebamos, tenemos los mejores motivos del mundo para beber y olvidar, para mandarlo todo a la mierda, aunque sea por una noche. Nuestra noche.

Mª- Pues eso, a beber.

(Oscuro) 

 

 

Escena 8.

 

Javier- ¿El amor marchita la belleza? Siempre se ha dicho  que la mujer más bella es la mujer enamorada. Tal vez la mujer enamorada y correspondida. Yo por el contrario creo que la mujer más bella es aquella sedienta de venganza, de odio, de deseo, de esas pequeñas formalidades que dan sentido al lento discurrir de la vida. ¿No sé si me entiendes?

Mario- ¿Mª Angeles?

Ja- Por supuesto.

Ma- El amor envilece tanto al amado como al despechado,  igual al que ama, como al que deja de amar. El amor es vil en su seno, es su naturaleza. Por eso los animales no aman. Nosotros dejamos discurrir su savia, así nos va. Yo no busco, por tanto encuentro. El amor tiene tantas dificultades, que la mayoría de las veces lo mejor es salir corriendo.

Ja- Corriendo a los brazos de otro amor.

Ma- En este caso sí. En brazos de otro amor, de otro sexo si es que ello flota en el aire.

Ja- ¿Cuál es el sexo de los Angeles? El sexo me es indiferente, no soy quién para juzgar qué es pecado y qué no lo es. El amor desconoce el sexo, se nutre de él, también se nutre del respeto y todas esas tonterías de la fidelidad. Ahora prefiero el fango, la podredumbre, la autoconmiseración...

Ma- Me han dicho de tu enfermedad. Qué decir...

Ja- Las noticias vuelan, las malas mucho más rápido que la buenas, las buenas noticias parecen no interesar a nadie. Me han dicho de tu nueva orientación sexual.

Ma- ¿Y?

Ja- ¿Y?

Ma- Nada, el mundo es como es, bastante hacemos con estar aquí sin enloquecer. Si necesitas algo, ya sabes.

Ja- Ya sé. El agua con azúcar es dulce, con sal salada. Un hombre con SIDA es eso, un hombre con SIDA. Hombre con fecha de caducidad.

Ma- Como todos.

Ja- Como todos.

Ma- Hay una certeza, un dicho: el hombre que se ahoga en su lamento no merece calor.

Ja- No me lamento, lo asumo como espero que sea asumido, sin traumas, sin malos rollos.

Ma- Para mí eres el mismo de ayer. La lluvia no borrará tu rastro. Como antesdeayer, como hace un siglo. SIDA es una enfermedad, como un catarro, eso no modifica las relaciones. Modificará mi relación contigo en la manera que tú quieras que la modifique. Ni más ni menos.

Ja- Gracias.

Ma- De nada.

Ja- Te veo bien, te oigo bien, lamento haberte juzgado de antemano, antes de conocer las dos partes. ¿Es amor?

Ma- Es amor y otras muchas cosas. Estoy profundamente enamorado...

Ja- Vale, vale, te creo, no tienes que convencerme. Ser de agua de hielo...

Ma- ¿Y Mª Angeles?

Ja- No está aquí, no hablemos de alguien que no está presente, es de mala educación. Cuando estoy con ella, pues con ella, si estoy contigo pues eso. Hablaré de ti, no de ella.

Ma- ¿De mí?

Ja- Es un decir.

Ma- Siento lo de tu enfermedad.

Ja- Yo no me ahogo, no me ahogues tú.

Ma- Si ves a Mª Angeles, dile que no ha sido por hacerle daño. Nunca ha estado en mi ánimo causarle el menor dolor.

Ja- Lo sabe. Pero siempre hay dolor, es inevitable.

Ma- Aún no hay una medicina que nos ayude a soportarlo.

Ja- ¿Tal vez el alcohol?

Ma- Puede...

Ja- Espero de tu discreción.

Ma- Lo sabe todo el mundo.

Ja- Tú no se lo digas a nadie.

Ma- Como quieras.

Ja- ¿Lo sabe todo el mundo?

Ma- Todos.

(Oscuro)

 

 

Escena 11.

 

Mª Angeles- Me has robado el amor, me has dejado vacía, te has llevado el fuego, la pasión. No soy nada... Eres un puto maricón roba novios.

Tomás-  Yo no busqué, me buscaron y me encontraron.

Mª- Te dejaste hacer, no tuviste nada que ver, ni las más ligera provocación, como caído de un árbol, como por casualidad, no, si yo pasaba por aquí. Eres un hijo de puta sin corazón, sin sentimientos.

To- Yo no busqué, me buscaron y me encontraron.

Mª- Me has dejado sin esperanza, sin camino que seguir.

To- Yo no busqué, me buscaron y me encontraron.

Mª- ¿Quieres dejar de repetir continuamente lo mismo? Pareces un disco rayado. ¿No tienes nada más que decir? ¿Eso es todo?

To- Yo no busqué...

 Mª- Déjalo de una vez, podías haberle dejado pasar, ignorarlo, no atenderle, mandarlo a tomar por el culo...

To- Yo no busqué...

Mª- (Le da una bofetada) No la has buscado, pero te la has encontrado.

To- Quiero a Mario, siempre lo he querido, no sé si tanto como tú, pero hace años que lo amo en silencio. Yo no fui a buscarlo, no soy un ladrón. Pero si se me busca se me puede encontrar. Mario me buscó y me encontró, eso es todo. Tú también, si me buscas acabarás encontrándome.

 Mª- ¿Me amenazas?

To- No.

Mª- Cuando te busque me encontrarás, puedes estar seguro.

To- ¿Me amenazas?

Mª- No.

To- Si no tienes nada interesante que decir me voy. No estoy para histerismos de mujer despechada.

Mª- Vete, vete a la mierda, hijo de puta, cabrón. Sí, vete, el silencio es mejor que tu estúpida arrogancia de macho ganador.

To- Adiós. Una frase para el recuerdo, un regalo desinteresado: El sexo ha pasado de ser un pecado a ser una obligación.

Mª- ¿Te obliga Mario a acostarte con él? ¿Es eso, una obligación? Para ti el sexo es una obligación, un deber que cumplir.

To- Para mi hacer el amor con Mario es el mayor de los placeres, era solamente una frase, pero veo que eres incapaz de entender nada.

Mª- No, claro, no entiendo nada, o casi nada, o casi casi nada. Pero te entiendo a ti. No pienso olvidar.

To- No olvides, ¿qué quieres que le haga yo? No puedo hacer nada, pude haberlo hecho, ahora es demasiado tarde. Tarde no para mí, sino para ti, que aparentas una incapacidad absoluta para comprender esta situación. Te he robado el amor, te he dejado vacía, sin nada, no he buscado causarte el menor daño, ha sido así sin ninguna premeditación, estas cosas pasan, el amor tiene esos caprichos.

Mª- Cuando te, os, busque, cuando os haga todo el daño posible, será con absoluta premeditación. Hay algo que puede que Mario no te haya contado, una pequeña tontería, algo sin importancia que probablemente no creerás. Tu amor es el fruto de una apuesta. Se te veía el plumero desde lejos, Mario no se lo quería creer. Apostamos a ver cuál de los dos conseguía ligar contigo, Mario ganó. ¿Cuánto durará? ¿Cuánto tardará en volver conmigo? ¿Qué será de ti? Del pobre mariquita. ¿No habrás hecho el tonto? ¿No quedarás como el mayor de los imbéciles? ¿No serás el tonto de la película?

To- Yo no busqué, me encontraron.

(Oscuro)

 

 

(Seis meses después)

Escena 14.

 

Luna- Estás, pero no estás, es como si algo se quebrase, como en terreno resbaladizo, en arenas movedizas. ¿Hay otra?

Aníbal- Siempre hay otra, es parte del juego, ¿recuerdas?

Lu- Duele, el amor siempre duele ¿La quieres o es sólo sexo?

An- ¿Acaso importa?

Lu- A mí sí que me importa.

An- Cuando estoy contigo, te quiero a ti. Debería bastarte con eso.

Lu- ¿Me das de mi misma medicina? Te equivocas, los hombres no sabéis compartir, sólo entendéis la posesión, sólo queréis poseer, os obsesionáis por poseer, mío, mío, todo para mí. La obsesión por poseer no es amor, es otra cosa. ¿La amas?

An. El amor no tiene nada que ver con esto.

Lu- El amor lo es todo, no me vengas con filosofías baratas de machito prepotente. ¿Piensas en ella cuando follas conmigo?

An- No.

Lu- ¿Piensas en mí cuando follas con ella?

An- No.

Lu- En uno de los dos casos mientes, los hombres no podéis evitarlo, es vuestra naturaleza.

An- No me atosigues. Esto es lo que hay, lo tomas o lo dejas.

Lu- Lo dejo.

An- Te quiero.

Lu- Tú como todos los hombres te quieres exclusivamente a ti. Lo demás forma parte del mero entretenimiento.

An- Te quiero.

Lu- Supongo que sí, que en el fondo me quieres, pero no es ésa la cuestión. ¿Piensas en mí cuando follas con ella?

An- Déjalo, ¿vale?

Lu- No, no vale. Cuando follaba con Lucas follaba con él. Cuando follo contigo, follo contigo, sin trampa ni cartón. ¿Y tú?

An- Si no lo dejas me voy.

Lu- Vete, deja las amenazas aparcadas en otra esquina, en ésta no causas ninguna impresión.

An- Cuando follo contigo pienso en ella, cuando follo con ella, pienso en ella. ¿Te parece bien así? Es lo que querías escuchar, pues ya lo tienes, ya lo sabes.

Lu- ¿Y yo?

An- No sé, realmente no lo sé.

Lu- ¿Por qué sigues conmigo?

An- No sé, no puedo dejarte.

Lu- ¿Será por algo en concreto? ¿La chupo mejor que ella? ¿Con más suavidad? ¿No te la quiere chupar? ...

An- Quiero dejarlo, dejarte. Hace días que lo vengo pensando, es lo mejor.

Lu- ¿Lo mejor? ¿Para quién? ¿Para mí? ¿Para ti?

An- El amor se acaba, tiene su caducidad, el mío por ti se ha agotado, no hay más, sólo vacío, no quiero estar contigo sin sentir nada por ti.

Lu- ¿Nada?

An- Nada. Acostarme contigo se acabará convirtiendo en un esfuerzo insoportable, si no lo dejo ahora acabaras dándome asco, no quiero engañarte.

Lu- Ya me has engañado.

An- ¿Quieres que te recuerde cómo comenzó todo esto?

Lu- No, mejor dejémoslo estar. Gracias.

An- ¿Por qué?

Lu- Por el esfuerzo. (Oscuro) 

Escena 15.

 

Tomás- Seis meses.

Mario- Seis meses.

To- Te quiero.

Ma- Te quiero, hagamos balance: ¿algo que decir, que reprochar?. Supongo que todo no pueden ser parabienes, algún defecto debemos de tener. Yo no tengo queja, ¿tú?

To- No. Hay algo, una tontería...

Ma- ¿Es?

To- No, nada, olvídalo.

Ma- Suéltalo, no te lo quedes dentro, al final supurará, nos perjudicará.

To- Tienes razón, si no te hablo de ello, reviento.

Ma- Pregunta lo que quieras.

To- ¿Te enrollaste conmigo por una apuesta con Mª Angeles?

Ma- ¡No! ¿De dónde has sacado una idea tan descabellada?

To- Me lo dijo ella, creo que por despecho, ya sabes, tirar una bomba sin saber muy bien si va a surtir efecto, pero vaya que si lo ha surtido. Al principio no le di la menor importancia, pero hace días que es como una bola de nieve que no para de crecer. Perdona pero tenía que preguntártelo, no es que dudase de ti, pero...

Ma- Te comprendo perfectamente. Puedes estar seguro, te lo juro por nuestro amor: Jamás aposté nada que te incumbiese con Mª Angeles. Y mucho menos el declararte mi amor. Bastante difícil me resultó el decírtelo abiertamente, romper con todo, no importarme mi pasado, romper con él y declararte mi homosexualidad, despojarme de toda defensa ante ti, asumir todos los riesgos, que te rieses de mí, convertirme en el foco de todas las burlas, lenguas viperinas cayendo por mis espaldas, chistes a costa de mi culo, etc. Igual que decidiste darme una oportunidad, podías haberme rechazado, haberme humillado, hundirme en el más profundo de los lodazales. Lo aposté todo a una carta, a ti, y gracias a Dios salió bien.

To- Te he amado durante años, escondiendo mi amor, para no sufrir tu escarnio y el de los demás. Jamás me hubiese atrevido a declararte mi amor, se te veía feliz con Mª Angeles, ¿quién era yo para interponerme entre los dos? Por eso cundo me lo dijiste tan abiertamente estuve tan borde, creí que había truco, que me habías descubierto, que me sabías homosexual y enamorado de ti. No sabia muy bien qué hacer, si bajar las defensas y declararte mis sentimientos u ocultarlos, aparentarme un tipo duro, sin corazón. Que sólo quería sexo para...

Ma- Calla, dejemos a un lado las palabras, el amor se siente, demos por zanjado el tema Mª Angeles, aquí estamos nosotros, inquebrantables.

To- Lamento haber dudado.

Ma- Todos dudamos, dudamos continuamente, dudamos hasta de la perdurabilidad de nuestro amor. No podemos saber cuánto tiempo duraremos como pareja. Queremos creer que es para siempre, pero siempre hay pequeñas nubes que impiden ver el cielo. Eso es precisamente lo que nos une con más fuerza, lo que hace que nos aferremos al amor presente, porque no sabemos lo que ocurrirá mañana, puede que tú te enamores de otro, puede que lo haga yo, ¿quién sabe? Pero lo que sí sabemos es que lo que hemos tenido hasta ahora, eso nadie nos lo puede quitar, ni nosotros mismos. Esas dudas son la mejor forma de enraizarnos, de hacernos crecer fuertes y juntos.

To- La eternidad no existe.

Ma- La eternidad es hoy.

To- Casi damos asco, somos puro pastel, un caramelo sin envoltorio, un tanto pegajosos.

Ma- Pues sí, somos como dos adolescentes que continúan descubriéndose.

To- Hace tiempo que dejamos atrás la adolescencia.

Ma- Hace tiempo que no doy crédito a lo que me sucede.

To- Vale, vale, que nos vamos a ahogar en nuestra propia baba.

Ma- Te quiero. (Lo abraza)

To- Con toda mi alma.

(Oscuro)

 

Escena 16.

 

Clara- Has vuelto. Regreso al hogar. A los amigos. A todo...

Lucas- De una forma u otra siempre se vuelve, siempre se acaba por volver. Aquí lo tengo todo, y puede que nada, aquí está mi amor.

Cla- ¿Tu amor?

Lu- Sí, el amor. He temido tiempo para reflexionar. He tenido tiempo para todo y para todos. He pensado mucho en Luna, en su particular entendimiento del amor, sobre todo he pensado en ti, te hubiese llamado tantas veces, no puedes hacerte idea de las veces que he marcado tu número y he colgado antes de darte tiempo a coger el teléfono.

Cla- Luna está libre, Aníbal la ha dejado, se ha enamorado de Mª Angeles y parece que Luna no estaba dispuesta a compartirlo. Resulta paradójico, ella sí puede compartir y se extraña de que no la comprendáis, pero no acepta ser compartida.

Lu- Por extraño que parezca he llegado a entenderla. No sabría explicarlo, no sé en qué se basa mi entendimiento, pero la entiendo y la acepto tal cual. La he comprendido tan perfectamente, que ese entendimiento me ha obligado a volver, desde hace un tiempo una idea no deja de obsesionarme. Una idea en la que por cierto eres parte implicada.

Cla- Creo que preferiría no oírla, me imagino lo que quieres proponerme, y es demasiado descabellado como para que me lo propongas. Preferiría no tener que...

Lu- No tener ¿qué? ¿Decidir sí o no? Que oculte que te quiero, que no lo he sabido ver en todos estos años, que me ha cegado Luna, que ella no me ha dejado ver lo que había más allá de ella misma. He tenido que irme, salir corriendo, huir de la realidad para verla tan diáfana, para saber que siempre te he querido, ahora lo veo todo con claridad.

Cla- Tanta claridad como para pretendernos a las dos. Conmigo lunes, miércoles, viernes y domingos y con ella el resto. Tanta claridad como para soltarme que me quieres, sin prever las posibles consecuencias, has tenido una idea brillante y has pensado que lo mejor era compartirla conmigo. Eres un imbécil, un estúpido del que no llego a entender cómo puedo estar enamorada, pero el amor no me ciega, no estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por tu amor. ¿Cómo te atreves a venir ante mí, para decirme toda esa sarta de incongruencias? ¿Cómo puedes llegar y soltarme eso de que sin mí no puedes vivir, pero que sin ella tampoco? Debería abofetearte, mandarte a la mierda. Tantos años esperando oír de tus labios que me amas, y cuando me lo dices sólo puedo sonreír, no dar crédito a tus palabras, porque si te lo doy acabaré odiándote con tanta intensidad como te he amado. ¿Cómo te atreves a venir hasta aquí para decirme...?

Lu- Tenía que intentarlo. Lamento no ver más allá de mis pensamientos, de mis impulsos, tienes razón, no he previsto para nada las consecuencias, pensé que te haría feliz. Que te echarías en mis brazos, no sé... Gracias.

Cla- Gracias a ti.

Lu- ¿Por amarte? Tú lo has hecho durante todos estos años y jamás te lo he agradecido. No, no me des las gracias, tienes todos los motivos del mundo para odiarme, para...

Cla- ¿Lo has hablado con Luna?

Lu- No, primero tenía que hablarlo contigo.

Cla- ¿Y ahora?

Lu- Esperaré tu respuesta.

Cla- Ya la tienes.

Lu- Esperaré tu respuesta.

Cla- Ya la tienes.

Lu- ¿Es definitiva?

Cla- Del todo. Jamás compartiré mi amor con nadie. Puedo compartir nuestra amistad, nada más.

Lu- Te quiero.

Cla- Te quiero, por muy imbécil que puedas llegar a ser. Con todo y con eso, te quiero.

(Oscuro)

 

 

Escena 17.

 

Mª Angeles- ¿Te has confesado?

Aníbal- Sí.

Mª- ¿Le has confesado todo?

An- No.

Mª- ¿Sabe de mí?

An- Sí.

Mª- ¿Sabe mi nombre? ¿Sabe que soy yo?

An- No, no me lo ha preguntado. No se lo he dicho, ¿Tenía qué hacerlo?

Mª- ¿Qué le has dicho?

An- Lo que quería saber.

Mª- ¿Qué quería saber?

An- En quién pensaba cuando follaba con ella.

Mª- ¿En quién pensabas?

An- En ti.

Mª- El amor siempre duele. Siempre hay un perdedor en el juego del amor. En este caso le ha tocado perder a Luna.

An- Perder o ganar, nunca está del todo claro. Lucas ha vuelto, puede que ahora ella sepa valorar el amor en su justa medida.

Mª- ¿Su justa medida?

An- Sí, el amor es monógamo, compartirlo es destruirlo. Al principio puede resultar divertido, sobre todo si eres el amante. Pero hay una regla que no puede olvidarse, el amante no debe enamorarse, sólo disfrutar del sexo, de la infidelidad. Yo me enamoré. El amor sólo tiene una dirección.

Mª- ¿Si ella hubiese aceptado compartirte? ¿Entonces?

An- La hubiese dejado igual. Te quiero a ti, no a ella.

Mª- ¿Y estos dos últimos meses?

An- Nada. No te voy a engañar, al principio me atraías físicamente, me

gustaba la idea de follar contigo, de saber como te lo harías en la cama, no te voy a negar cierto morbo por lo ocurrido con Mario, eran tantos los  elementos que me empujaban a enrollarme contigo, que cuando tuve la oportunidad lo hice. Por otro lado inconscientemente puede que me quisiera vengar. Que ella me tuviese que compartir como yo tuve que hacerlo. Que probase de su misma medicina. Pero no tuve en cuenta que yo soy yo y ella es ella. Yo no quiero, no puedo compartirte. Estos dos meses en realidad han sido una pesadilla, no sabía qué pensar, creía que harías lo que hay que hacer en estos casos.

Mª- ¿No enamorarme de ti? ¿Eso es lo que hay que hacer en estos casos?

An- Eso creía, pensaba que estabas despechada con lo de Mario, que querías vengarte de él acostándote conmigo. Él es uno de mis mejores amigos.

Mª- ¿Y la decisión de confesarte?

An- Ya te he dicho que no podía soportar esta situación, desde que sé que estoy enamorado de ti...

Mª- ¿Por qué no la dejaste en cuanto lo supiste?

An- Los hombres siempre tenemos miedo de estar solos, de perderlo todo, de quedarnos sin nada. Nos aterroriza volver a empezar. Tenía miedo de quedarme sin ti, de quedarme sin ella, de quedarme solo. Los hombres somos así, no es una excusa, es una triste realidad.

Mª- ¿Y si te dijese que no te quiero? ¿Que todo ha sido por despecho como dices?

An- El paso ya lo he dado, no hay retorno, lo único que puedo decir es que te quiero.

Mª- Lo cierto es que resultáis patéticos. Pero tenéis algo...

An- Tenemos la necesidad de amar y ser correspondidos, tenemos la necesidad de vuestros abrazos, vuestras caricias, nos hacéis sentirnos seguros. Todos somos Edipo, proyectamos la imagen de la madre en la persona amada, en lo profundo buscamos protección, que nos protejáis de nosotros mismos.

Mª- ¿Soy la imagen proyectada de tu madre?

An- Eres mi madre, mi amante, mi esposa, mi necesidad de ser. Eres tantas cosas que lo eres todo y nada.

Mª- Me harás florecer.

An- Sí.

(Oscuro)

 

Escena 18.

 

Luna- Sed de ti, de tus besos, de tu ausencia, de tu presencia, del saberte presente. Sed de la inevitabilidad de recordarte mi amor, mi esencia está en ti. Aunque no puedas dar crédito a lo que digo, es así.

Lucas- Creo haber comprendido tu esencia, te he deseado sola para mí, acompañada, compartida. Eres mi deseo cristalizado. He tenido tiempo para verte de todas las formas, desde todas las perspectivas. Pero no te había imaginado sola, abandonada. Eso casi nos deja en un punto coincidente, en el principio de algo. Es como si creciese entre nosotros una posibilidad de volver a soñar juntos, una pequeña, remota posibilidad de avivar nuestro amor. Te amo, pero no en exclusiva. Yo no sé compartir, no te pido respeto. Empecemos por algo, no sé, ¿cuerpos sudorosos?, ¿sexo? Placer, pocas palabras, nada que decir. Necesito tu cuerpo, más que tus palabras. Necesito tus labios besando, besándome. ¿No sé si lo entiendes?

Luna- Te entiendo, y lo acepto. ¿Hay otra?

Lucas- Siempre hay otra. La hay, pero no te preocupes por ella, no quiere compartirme. Dentro de mí hay una certeza, te amo, te deseo. En lo más profundo de mí te amo. No quiero y no puedo renunciar a ti.

Luna- ¿Aníbal?

Lucas- Aníbal es agua pasada. Uno no puede bañarse dos veces en el mismo río. Las aguas que por vez primera te acariciaron, ahora descansan en el mar. El agua del río, como el amor, se renueva constantemente. Aníbal es agua pasada, el agua pasada no mueve el molino. Somos tú y yo. Habrá otros. Perdurabilidad infinita, dos cuerpos, dos seres camino de un entendimiento que reniega de la dualidad o la multiplica. ¿Quién sabe?

Luna- Te he esperado, estas aquí. Si quieres mi cuerpo, tendrás mi cuerpo. Si quieres mi alma tienes mi alma. No es porque Aníbal me haya dejado aparcada, no es por Aníbal, él queda al margen. Siempre ha sido tú y yo, lo demás era... Si quieres a otras, si las deseas, si las amas, lo aceptaré. Hasta donde pueda lo aceptaré. Yo me mantengo lejos de ello, no quiero otras relaciones, no tendrás que compartirme. He decidido que el amor sólo tiene una dirección. Esa es mi decisión, eso es lo que quiero creer.

Lucas- ¿Quieres probar? ¿Recomenzar?

Luna- ¿Hay otra?

Lucas- ¿Afectaría...?

Luna- No.

Lucas- Físicamente no. Y puede que emocionalmente tampoco. Aveces nos creemos con  el deber de amar a alguien que sabemos nos ama. Te obligas a pensar en ella, la añoras en un deseo forzado, confundes la fuerza de la amistad con el amor. No sé qué pensar, no tengo claros mis sentimientos. Hay deseo, un deseo extremo que conduce a tu cuerpo. Ahora mismo exclusivamente sexo.

Luna- ¿Follamos?

Lucas- Desde luego.

(Oscuro)

 

 

Escena 19.

 

Mario- Son tiempos de cambio, de transición, de inestabilidad. Algo pasa, puede que nos hagamos mayores, que nos dé miedo el saber si hemos acertado o fallado al elegir una persona para compartir nuestra vida. Tiempo de dudas, del yo como imperativo, mi felicidad por encima del todo, sin importar el resto del mundo. Yo quiero y hago lo que sea por conseguirlo.

Mª Angeles- ¿Eso es una disculpa?

Mario- Tómalo como quieras, no me disculpo por lo que hice, lo volvería a hacer sin dudarlo un instante, me disculpo por la forma en que lo hice. Me avergüenzo de haberme escondido de ti, de haberte ocultado la realidad, de haberte ocultado mi verdadera sexualidad. Me da miedo que no llegues a perdonarme. Tengo la estúpida idea de que todo el mal que se hace se acaba pagando, si no se obtiene el perdón de la persona a la que le causaste el daño. No rehuyo mi responsabilidad, la asumo. No puedo disculparme por amar a otro, te ruego perdones todo el daño que te he podido causar.

Mª Angeles- Ni puedo, ni quiero perdonarte. Puedo perdonar y ya he perdonado a Tomás, él no tiene la culpa, tú lo buscaste y el se dejó hacer, pero a ti no puedo perdonarte. Me ocultaste tus verdaderos sentimientos, tu verdadera sexualidad. Jugaste conmigo, con mis sentimientos. ¿Y si Tomás te hubiese dicho que no? No, no contestes, no puedo creerte. No tengo más remedio que creer que me utilizaste. Cuando el juguete dejó de serte útil, a la basura con él. Te conocí en un momento en el que mi vida estaba destrozada, me enraicé en ti, para crecer contigo, para que me fortalecieses, para recuperar las fuerzas que se habían derrumbado en mí. No sé qué pensar. ¿Qué coño querías de mí?

Mario- Te quería a ti, por increíble o falso que te parezca, te quería a ti. Te amé desde el mismo instante en que te vi. Lo creas o no, en esos momentos de mi vida era completamente heterosexual. Te vi y me enamoré, te deseé hasta la locura, te he amado con tanta intensidad como ahora amo a Tomás. Puede que te resulte difícil de creer, te quiero, has significado tanto en mi vida que no te puedo borrar de un brochazo, no puedo olvidar el amor, el deseo...

Mª Angeles- ¿Y el deseo? ¿Dónde se fue el deseo?

Mario- Corriendo detrás de Tomás.

Mª Angeles- Muy gracioso.

Mario- No lo pretendo, perdona si te he molestado, ha sido inconscientemente. Te pido perdón, espero me perdones.

Mª Angeles- No.

Mario- Ahora tienes a Aníbal, ¿qué pasa con Luna? Se lo has robado.

Mª Angeles- No contraataques como si fueses un estúpido, sé que no lo eres.

Mario- Táctica equivocada... piedra lanzada al azar, he errado el tiro, tenía que intentar conmoverte.

Mª Angeles- Lo siento pero ése no es el camino. Si has de pagar algo, ya lo estás pagando. Parece que tienes mala conciencia.

Mario- En lo que respecta a ti, sí.

Mª Angeles- No puedo dejar de odiarte.

Mario- ¿Será que todavía me amas?

Mª Angeles- Será. (Oscuro)

Escena 20.

 

Javier- ¿Renunciar es el mayor de los sacrificios? ¿La mayor de las tonterías? ¿Qué fue del amor? ¿Dónde se fueron sus dardos?  Renunciar.

Clara- Renunciar es un acto de fe, de creencia: creer en tu verdad, no la verdad universal, la verdad personal, ésa que te sirve para vivir en paz. Esa verdad que aunque te equivoques te deja bien. No he renunciado a Lucas, he renunciado a un amor ficticio, a un amor forzado, un amor que nace de la culpabilidad. Si lo hubiese aceptado, no sé, habríamos terminado por perdernos, la amistad que nos une es más fuerte que cualquier amor. Luna jamás tendrá a Lucas como lo he tenido yo. Luna no puede alcanzar a comprender a Lucas, como lo comprendo yo. Luna no tendrá a Lucas como lo he tenido yo. Como espero seguir teniéndolo.

Javier- Eres admirable.

Clara- Soy una imbécil, una imbécil cargada de principios. ¿Qué tal estás?

Javier- Bien. Con un virus por ahí rondando. De momento creo que nos respetamos mutuamente. Yo no le molesto, él no me molesta. Los dos conocemos la existencia del otro, pero de momento no hay agresiones que puedan enturbiar nuestra incipiente relación.

Clara- Eres admirable.

Javier- Soy un cobarde, un cobarde que está cagado de miedo. Esto no se lo cuentes a nadie. Lo que peor llevo es esa imagen de fortaleza que tengo que transmitir continuamente. No puedo bajar la guardia, siempre alerta. Sólo puedo hundirme en casa, completamente solo. Tengo miedo de todo lo que me rodea. Si me hago una herida, no dejo que nadie se acerque a mí. Desde que me enteré de que era portador, vivo en el más completo celibato. Ya sé todo ese rollo, de que si tengo cuidado puedo llevar una vida sexual completamente normal. Pero si contagiase a otra persona no podría soportarme, no podría vivir con ello.

Clara- Puede que encuentren alguna vacuna, algún fármaco...

Javier- Puede que la Luna deje de dar vueltas alrededor de la tierra. Ahora soy el amigo, no el amante.

Clara- Qué casualidad, conozco a una chica que está en la misma situación que tú. Ya te la presentaré.

Javier- No me engañas, esa chica eres tú.

Clara- Podemos consolarnos el uno al otro.

Javier- Tú serás el hombro donde llorar, yo seré el hombro donde tú llores.

Clara- Debemos estar creciendo, no hacemos mayores, pasamos un ciclo para entrar en otro, todos nuestros amigos se han emparejado de una manera aparentemente definitiva.

Javier- Nada es definitivo.

Clara- Nuevos cambios, nuevas rotaciones, nuevas caras, otras relaciones, dispersión. ¿Cuántos quedaremos al final?

Javier- ¿Acaso importa?

Clara- Me gustaría que dentro de unos años nos volvamos a juntar. Como los americanos en las fiestas de celebración de su graduación. Reencontrarnos, hablar de nosotros, de qué ha sido de nuestras vidas.

Javier- Ojalá que dentro de cincuenta años nos podamos juntar, bebamos juntos para celebrar el reencuentro, sería maravilloso.

Clara- Sería maravilloso, sobre todo porque continuarías con nosotros. No serías un recuerdo, una lágrima, nadie tendría que decir esas palabras tan socorridas, de que eras el mejor, y todas esas tonterías que se dicen sobre los difuntos.

Javier- ¿Soy el mejor?

Clara- No.

Javier- Qué desilusión.

Clara- No se puede tener todo.

Javier- Pero si no tengo nada.

Clara- Tienes mi hombro, así como yo tengo el tuyo.

Javier- Nos tenemos.

Clara- ¿Se puede pedir más?

Javier- Te lo digo dentro de cincuenta años. ¿Vale?

(Oscuro)

Fin.

 

 

PERSONAJES:

ANíBaL

LuNa

MaRio

ToMás

ClaRa

LuCaS

Mª aNGeLeS

JaVieR

 

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