Hay que tener cuidado con la distancia, esa distancia que nos separa de lo que realmente queremos. La distancia entre lo deseado y lo temido, la distancia entre lo amado y lo odiado. Me gustaría distanciarme para poder ver con cierta objetividad, pero es literalmente imposible ser objetivo. No nos basta con el reflejo, hay que untarse de mierda o ignorarla por completo, tiempos estos de caos y derrumbes, tiempos estos para la acción más que para la reflexión. He tenido un sueño, y no me atrevo a escribir sobre él, ¿Y si se convierte en una realidad?
Por otro lado, o en otro orden de cosas, como se diría: Voy a ser tío-abuelo y eso debe de ser una carga difícil de llevar, supongo, voy a cumplir años y encima mi sobrina (mayor, como Dios manda) se queda embarazada. Y nos hace felices, sobre todo a Paula que por fin va ha dejar de ser la pequeña de la familia. Yo, por preferir chica. Me da por pensar y aquel príncipe destronado del que escribía Delibes, más que Paula, puede que sea la Anita. Pero son cosas de familia y no os interesan.
Un soplo de aire fresco
una vida que viene
por tantas que se van
una nueva excusa para juntarse
una cita ineludible
un correo, que transita
entre el sobre e internet
yo cuando deje de volar
quiero descansar en un nido
en tu nido (MLGL)
cuento los días y tú
te aprendes la tabla de multiplicar
cuando navegue por tus sueños
procura tener cerca unos preservativos
(por aquello de preservar)
Un tango
0 comentarios