garden

Lo pisas, y vuelve a crecer... el agua, en forma de lluvía. Es por recelo, algo de miedo y mucho frío. Ya oscurece, las luces se pueden ver en la lejanía y yo perdido en un camino a ninguna parte, cae nieve y hace un frío del carajo. Yo me coloco en primer lugar... pero la culpa, como siempre, tuya. Para empezar no está mal, a la nieve añadimos la desazón, yo caminando por los senderos de la caida libre, continua la nive y el frío, pero ya no me importa, que me engulla la nieve, que me deboren los lobos, cuando el alma esta fría el cuerpo prescinde de sensaciones. Esa sensación, en ocasiones conduce a la muerte (suicidio) Pero acabo... con la nieve hasta el cuello (literalmente) salimos de allí. No sé si más fuerte o más debil... Afortunadamente caemos para volvernos a levantar. De aquella caida... de tantas caidas...

Fue hace tanto tiempo que no sé porque hoy lo cuento... Será que Perlimplín me trae recuerdos de otro tiempo... de ese tiempo con la nieve cayendo y yo huyendo.

Ahora es por ti que no te recuerdo, que tu imagen no es ni eso, recuerdo... Algo sí, supongo si no porqué de estas letras.

¡Ay! Perlimplín!