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luismerchan

mentiroso

 

Raúl: Cuando había dejado de buscar, te encuentro.

Esti: ¿Qué quieres decir?

Raúl: Eso, que te encuentro cuando ya no quería encontrarte.

Esti: Pues pasa, vete. No voy a implorarte que te quedes. Has venido por tu propia voluntad, no voy a decirte que te marches. Haz lo que debas, lo que puedas o lo que seas capaz de hacer. Aquí estoy, si lo quieres te lo doy, si no lo quieres me quedo con las ganas. Yo sigo buscando, de momento estoy parada en ti, mejor dicho varada, las olas, la luna, ya sabes... con la luna llena puedo volver a la mar. Tú eres el ancla, todas las cadenas pueden romperse, de nuevo a la deriva, hasta encontrar un nuevo puerto.

Raúl: Te encuentro y no puedo dejar de pensar en ti. ¿cómo será besarte? ¿Tocarte? ¿Hacerte el amor? ¿Follarte hasta la extenuación?

Esti: Soy como un supermercado, coge lo que quieras, si no te gusta tienes una semana para devolverlo, además ofrezco grandes facilidades de pago.

Raúl: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Esti: Buscando y encontrando. Teníamos una necesidad y aquí estamos para satisfacerla

Raúl: Si juegas con fuego, te quemas

Esti: Yo no estoy jugando. Lo que deseo es calentar tus frías noches de invierno

(Esti comienza a quitarse la ropa)

Raúl: ¿Qué haces?

Esti: Me quito la ropa

Rául: Para...

Esti: Tú que crees

Raúl: Lo imagino

Esti: No, no puedes ni imaginártelo

Raúl: ¿Me provocas?

Esti: Te provocas tú solito, no necesitas mi ayuda. Es lo malo de estar necesitado

Raúl: ¿Estoy necesitado?

Esti: De mi sí

Raúl: Muy segura estás

(Suena un móvil, ninguno de los dos parece hacerle caso. Sigue sonando, sigue sonando, deja de sonar. Vuelve a sonar.

Esti: ¿No lo vas a coger?

Raúl: No

Esti: Cógelo, y acabemos de una vez

Raúl: No

(Sigue sonando)

Esti: Por Dios, cógelo

Raúl: No

(Esti se dirige a la chaqueta de Rául que descansa sobre una silla, coge el móvil, mira la pantalla y se lo pasa a Raúl)

Esti: Es tu mujer

Raúl: (Coge el teléfono) Dime... no he llegado a tiempo... estoy trabajando... ya sé que no estoy en la oficina... necesito concentrarme... pues eso, que necesito concentrarme. Puedes dejarme en paz durante dos horas seguidas, no te pido más, dos horas sin que me llames, dos horas sin tener que coger el móvil cada quince minutos. Un par de horas para mi mismo, sin tener que compartirlas con nadie... no, no estoy cabreado, estoy agobiado, me agobias... no llores, joder, deja de llorar... mira mejor cuelgo antes de que diga algo de lo que tenga que arrepentirme.

(Cuelga el teléfono)

Esti: Eres un mentiroso

Raúl: Tienes razón, soy un mentiroso. Un mentiroso por negar la realidad, un mentiroso por vivir una vida que no quiero vivir. Por encima de todo soy un mentiroso por intentar convencerme, de que lo mejor es no abrazarte, no besarte, acariciarte, follarte... amarte. Soy un mentiroso por intentar convencerme que lo mejor es que me vaya a casa y hacerme creer que aquí no ha pasado nada, que todo esto es una ilusión, un sueño.

Esti: ¿Qué quieres hacer? Soy real, tan real que puedes tocarme, abrazarme, besarme, follarme, amarme. Soy tan real que me resulta imposible pensar que puedo perderte. Soy tan real...

(Suena el móvil)

Raúl: Ahora mismo voy... no te preocupes... ya estoy mejor... no tengo nada que perdonarte... (Raúl se aparta el móvil de la oreja, lo mira y lanza contra la pared) Soy un mentiroso, por decirle que ahora voy, sabiendo que no voy a volver jamás.

(Oscuro)

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