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luismerchan

arrancar

me arrancaría la vida, el alma, los deseos, no he debido escribir un epitafio adecuado. Me gusta la palabra arrancar.

Un cuento: No es por nada, no es personal, dice al tiempo que le arranca la cabeza de un bocado, esto sucede entre él y una gallina. La imagen no es precisamente acogedora o conciliadora entre los hombres y el mundo animal. Acto seguido, la despluma (a la gallina) la trozea y la esparce por el suelo. aquellos niños macilentos se abalanzan sobre aquellos pedazos de carne y la arrancan de sus huesos a dentelladas. Se escucha una carcajada. Uno de ellos, de los niños. levanta la cabeza y mira de reojo al que se carcajea, instantes después yace en el suelo, muerto. Las cosas son así, nadie las premedita, en este caso no hubo premeditación, una simple acción reacción y la repercusión consiguiente. el resto de los niños continuó en su sitio, lamiendo los huesos que le habián correspondido en su pedazo de gallina.

No era lo habitual, si puede denominarse así, en realidad nada allí era habitual, el valor de la vida, se convertía en un capricho, ellos, los niños, no habian oido hablar de los campos de concentración y los judios, pero era similar, bastante similar. La similitudes asustan, ahora los niños en lugar de judios, eran palestinos, ahora los guardianes en lugar de ser nazis, eran judios. el orden de los factores, no altera el producto, una muerte, al azar, sin premeditación, algo ha cambiado, todo cambia, ese es el proceso evolutivo del hombre. Otras veces, por divertirse, los tenían una semana sin comer y tras esa semana les lanzaban pedazos de cerdo, es un juego, en el fondo es un juego.

¿Qué hacian los niños? se comian el cerdo, ¿Qué otra cosa podían hacer? Sobrevivir es la misión de todo prisionero, sobrevivir y escaparse. De aquel lugar, solamente había una salida: con los pies por delante.

¿Qué piensan Jehova o Ala de estas cosas? solo Dios lo sabe

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